Lo primero que tenemos que explicar es la técnica empleada en la confección del holograma. La holografía es una tecnología que emplea luz laser, por ser coherente y monocromática, para la reproducción de imágenes en tres dimensiones, cuando las observamos en determinadas condiciones de iluminación. Se fundamenta en las figuras de interferencia que se forman al incidir un rayo laser consigo mismo en una superficie emulsionada fotosensible, una película fotográfica.
Para la realización de la fotografía holográfica se utiliza una mesa anti vibración según el esquema que figura a continuación:
A la película llegan dos haces de luz laser procedentes del mismo rayo que interfieren entre si y recogen la información del objeto en tres dimensiones, dependiendo del camino seguido por el rayo reflejado en dicho objeto.
Una vez obtenida la imagen en película, se fabrica un máster en níquel u otro metal apropiado que contiene las figuras de interferencia de la fotografía holográfica, con un relieve parecido a microsurcos microscópicos.
La última fase para obtener un holograma impreso consiste en utilizar una película de hot stamping fabricada con tres capas: una de resina adherente térmica, otra de material reflectante tipo aluminio, un fotoresist que recibirá la imagen por presión y por último una capa protectora transparente.
Para la estampación del holograma en los impresos utilizamos el mismo sistema que el utilizado para estampar una película metalizada, salvo que la imagen viene en la película y tenemos que tener un sistema de registro mediante marcas holográficas.
Para reconocer este sistema de impresión sólo hay que fijarse en la imagen y al observar la tridimensionalidad, sin lentículas, podemos afirmar sin temor a equívocos que es un holograma.
También se puede imprimir encima del holograma, ejemplo de lo afirmado es la imagen adjunta, en la que se observa una línea fina impresa.
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